Rabat/ A sus castigados 94 años, Mohamed Faragi no puede olvidar el veneno, las bombas tóxicas que lanzaron los españoles contra su pueblo, el rifeño, en los años 20 para sofocar la revuelta de Abdelkrim, líder tribal hostil a la colonización española. En 1921, un lustro antes de finalizar la guerra, el desastre de Anual fue demasiado humillante: 13.000 soldados profesionales eran vencidos por 3.000 'bárbaros'.
Los generales españoles pedían venganza. Y llegó en forma de gas mostaza y otros químicos, nos cuenta Faragi: "Yo todavía era un niño, pero nunca lo olvidaré. Los aviones sobrevolaban la zona a menudo. Por donde caían sus bombas no volvía a reverdecer la tierra, morían los animales y envenenaban los ríos".
Por aquel entonces, Francisco Franco era el comandante más joven del Ejército español. Once años después sería destinado a Santa Cruz de Tenerife como comandante general de Canarias. De allí precisamente salieron rumbo al Rif los tercios canarios, que participaron en diversas acciones de la contienda; entre ellas, las de Ben-Karrich, Zoco el Arba de Beni-Hassan, el Audal Taranes, Río Martín, Rincon de Medik y Monte Negron.
La guerra contó *** una fuerte oposición de parte de la sociedad civil española. También la canaria, que en 1925 salía a la calle, en Las Palmas de Gran Canaria, para protestar por una contienda que estaba costando demasiadas vidas, sobre todo de soldados procedentes de las familias más humildes del país. Tras Anual, España se lanzó al uso de armamento químico para evitar más riesgos y ser, de nuevo, vencido por un ejército desorganizado y falto de medios que le ganaba la batalla en su guerra de guerrillas.
Para asegurarse la victoria, España hizo oídos sordos a las convenciones internacionales que prohibían el uso de armas químicas. Ahora, Francia acaba de indemnizar a Argelia e Italia ha pedido perdón a Libia. En Marruecos, la Agrupación Nacional de Independientes, partido del presidente del Parlamento alauí, pide lo mismo a España.
"España ha salido del franquismo, es una democracia. Pero tiene el deber moral de asumir sus responsabilidades históricas en el marco de la cooperación bilateral, y hay que estudiar cuales son las mejores estrategias para indemnizar a las víctimas, acompañar a los enfermos y rehabilitar la región", explica Mohamed Huar, miembro destacado de esta formación.
BAJO LAS ÓRDENES DE ABDELKRIM
Majub Bensiari es toda una institución en Alhucemas. A sus 104 años le quedan fuerzas para hablar y contar una y otra vez su historia. Estuvo bajo las órdenes de Abdelkrim, luchando *** sus compatriotas. "Estuve en la guerra sí, de artillero, iba de aquí para allá siempre en mi camión".
Sin rencores, recuerda *** dolor a familiares y amigos muertos en el campo de batalla, a mujeres ultrajadas o las cabezas de algunos compañeros decapitados expuestas como trofeo. "Los árabes éramos muy pobres. No teníamos aviones, material para hacer la guerra; sólo teníamos fusiles y no podíamos competir en igualdad de condiciones *** España, una nación *** un ejército profesional", se lamenta.
Omar Malem, de la Asociación de Víctimas de la Guerra del Gas Químico en el Rif, no culpa sólo a España de la masacre. También son responsables, dice, Alemania, Inglaterra y Francia por suministrarle, como queda demostrado en documentos oficiales y testimonios de la época, unos gases que queman, no dejan respirar y que generan problemas cardiovasculares y en el sistema nervioso o incluso la muerte.
Omar habla también de la relación de los gases *** el cáncer. "Hay otras víctimas, -dice- las de la nueva generación, que no han vivido la guerra pero que también están afectadas por los gases tóxicos. Los médicos que están en Rabat, en el Instituto de Oncología, señalan en sus estudios que más del 70 por ciento de los enfermos de cáncer de Marruecos son del Rif".
No hay que avergonzarse de abrir el libro por la página del pasado. Siempre será mejor que borrar la historia de los pueblos, dice Majub. Este viejo entrañable cree imprescindible que España pida perdón y que los libros de texto de sus escuelas hablen de un error llamado Rif, un bello y hospitalario rincón del planeta sobre el que llovieron, hace no tantos años, bombas de veneno
www.canarias24horas.com
Los generales españoles pedían venganza. Y llegó en forma de gas mostaza y otros químicos, nos cuenta Faragi: "Yo todavía era un niño, pero nunca lo olvidaré. Los aviones sobrevolaban la zona a menudo. Por donde caían sus bombas no volvía a reverdecer la tierra, morían los animales y envenenaban los ríos".
Por aquel entonces, Francisco Franco era el comandante más joven del Ejército español. Once años después sería destinado a Santa Cruz de Tenerife como comandante general de Canarias. De allí precisamente salieron rumbo al Rif los tercios canarios, que participaron en diversas acciones de la contienda; entre ellas, las de Ben-Karrich, Zoco el Arba de Beni-Hassan, el Audal Taranes, Río Martín, Rincon de Medik y Monte Negron.
La guerra contó *** una fuerte oposición de parte de la sociedad civil española. También la canaria, que en 1925 salía a la calle, en Las Palmas de Gran Canaria, para protestar por una contienda que estaba costando demasiadas vidas, sobre todo de soldados procedentes de las familias más humildes del país. Tras Anual, España se lanzó al uso de armamento químico para evitar más riesgos y ser, de nuevo, vencido por un ejército desorganizado y falto de medios que le ganaba la batalla en su guerra de guerrillas.
Para asegurarse la victoria, España hizo oídos sordos a las convenciones internacionales que prohibían el uso de armas químicas. Ahora, Francia acaba de indemnizar a Argelia e Italia ha pedido perdón a Libia. En Marruecos, la Agrupación Nacional de Independientes, partido del presidente del Parlamento alauí, pide lo mismo a España.
"España ha salido del franquismo, es una democracia. Pero tiene el deber moral de asumir sus responsabilidades históricas en el marco de la cooperación bilateral, y hay que estudiar cuales son las mejores estrategias para indemnizar a las víctimas, acompañar a los enfermos y rehabilitar la región", explica Mohamed Huar, miembro destacado de esta formación.
BAJO LAS ÓRDENES DE ABDELKRIM
Majub Bensiari es toda una institución en Alhucemas. A sus 104 años le quedan fuerzas para hablar y contar una y otra vez su historia. Estuvo bajo las órdenes de Abdelkrim, luchando *** sus compatriotas. "Estuve en la guerra sí, de artillero, iba de aquí para allá siempre en mi camión".
Sin rencores, recuerda *** dolor a familiares y amigos muertos en el campo de batalla, a mujeres ultrajadas o las cabezas de algunos compañeros decapitados expuestas como trofeo. "Los árabes éramos muy pobres. No teníamos aviones, material para hacer la guerra; sólo teníamos fusiles y no podíamos competir en igualdad de condiciones *** España, una nación *** un ejército profesional", se lamenta.
Omar Malem, de la Asociación de Víctimas de la Guerra del Gas Químico en el Rif, no culpa sólo a España de la masacre. También son responsables, dice, Alemania, Inglaterra y Francia por suministrarle, como queda demostrado en documentos oficiales y testimonios de la época, unos gases que queman, no dejan respirar y que generan problemas cardiovasculares y en el sistema nervioso o incluso la muerte.
Omar habla también de la relación de los gases *** el cáncer. "Hay otras víctimas, -dice- las de la nueva generación, que no han vivido la guerra pero que también están afectadas por los gases tóxicos. Los médicos que están en Rabat, en el Instituto de Oncología, señalan en sus estudios que más del 70 por ciento de los enfermos de cáncer de Marruecos son del Rif".
No hay que avergonzarse de abrir el libro por la página del pasado. Siempre será mejor que borrar la historia de los pueblos, dice Majub. Este viejo entrañable cree imprescindible que España pida perdón y que los libros de texto de sus escuelas hablen de un error llamado Rif, un bello y hospitalario rincón del planeta sobre el que llovieron, hace no tantos años, bombas de veneno
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